miércoles, 26 de septiembre de 2012

1942 TRAGEDIA EN BERMEO


    Ocurrió el 25 de septiembre de 1942, entre las 10 y las 11 de la mañana, la causa fue un artefacto recogido de la mar hacia como unos tres años por el vapor San Roque, creyendo que se trataba de alguna boya a la deriva que luego la estuvieron utilizando como baliza o bovalin, el caso es que resultó ser una bomba de profundidad, de las usadas para la caza de submarinos. Pensaron llevarla a un taller a que le colocarían unas asas para así poder amarrar las embarcaciones; terminado todo el trabajo aquélla misma mañana, cargaron con el aparato para llevarla a bordo, y al depositarla dejándola caer en el muelle hizo explosión en el instante en que tocó el suelo.

    Se produjo una explosión impresionante, afectándoles la metralla tanto a los que la transportaban, como a pescadores y otras personas que entonces paseaban por la zona, después de los primeros momentos de confusión y gran inquietud y dándose cuenta de la gravedad de la situación, se hicieron gestiones para que el gobernador Sr.  Rodrigo Vivar Téllez mandase a la mayor brevedad dos ambulancias para el traslado de los heridos al hospital y alguna clínica.

    Fueron 26 las victimas, 5 murieron en el acto: Ramón Garai Gabantxo de 17 años, Celestino Billartegi Antoniano de 31 años, Juan Begoña Belaustegi (tío nuestro) de 44 años, Antonio Otazua Undabarrena de 29 y Martín Telletxea Ispizua de 36. Otros 7 fueron muriendo después de haber sido ingresados, algunos en estado tan grave que 4 fallecieron el mismo día, fueron estos los 4 primeros de los 7 que cito: Eulalio Laka Barandika de 50 años, José Bengoetxea Bilbao de 28, Miguel Maguregi Ortúzar de 26, José Fradua Blanco de 16, Felipe Telletxea Uriondo de 22. Así mismo fueron los heridos 14: Alberto Ortube, Pedro Canal-Etxebarria, Juan Fradua, Julián Goikoetxea, Enrique López, Vicente Santiago, Andrés Belaustegi, Fermin Jauregizar, Santiago Alboniga, Carlos Telletxea, Fernando Laurrain, Donato San Miguel y José Garai.

    El hecho causó gran consternación en el pueblo, quedando toda la actividad paralizada, lógicamente las embarcaciones con las banderas con crespón negro y a media asta, quedaron todas amarradas. Se celebraron los funerales de los 9 fallecidos al día siguiente, siendo la conducción al cementerio de gran concurrencia, fueron en el duelo autoridades locales y provinciales y componentes de Cofradías de Bermeo y de puertos de Bizkaia, Gipuzkoa y Santander, para después ir a la iglesia de Santa Maria que estuvo totalmente abarrotada, con la participación de todo el clero, presidido por el obispo de nuestra diócesis.

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