domingo, 18 de noviembre de 2012

2008 ÓRGANO DE SANTA MARÍA


Ya cuando la inauguración del órgano de Santa Eufemia en septiembre de 2004, hice un relato, pues bien, ahora me siento un tanto obligado a hacer lo mismo con la reinauguración del órgano de Santa María.

Digo reinauguración, porque han sido aprovechados lo que podríamos llamar su caja o mueble exterior, el mueble de la consola y los tubos metálicos. En cambio se han renovado todos los componentes de madera interiores, todos los mecanismos y lo que se denominan los secretos.

El órgano primitivo, tercero construido por la Casa Lope Alberdi para Bermeo, se inauguró el domingo 22 de octubre de 1922. El primero había sido el de Santa Eufemia, el 31 de julio de 1903, el segundo , el de San Francisco, el 5 de abril de 1915, segundo día de Pascua de Resurrección. Aparentemente, es el mayor de los tres, quizás por ser Santa María una de las iglesias de mayor volumen de Bizkaia.

El acto de inauguración como era de rigor, comenzó con la bendición realizada por el párroco y arcipreste D. Bernardino Garaizar, a las 10 de la mañana del citado domingo.

El primero en pulsar su teclado y manipular sus registros fue el organista titular de Santa Eufemia, D. Enrique Larrea, interpretando una solemne marcha con la que se daba comienzo a la misa mayor celebrada por el mundaqués D. Miguel Luzarraga y cuya predicación corrió a cargo del franciscano P. Eulalio Amunategi. El coro, dirigido por el compositor y organista titular desde 1914 de Santa María de Bermeo, D. José Antonio Erauzkin, interpretó la solemne misa de Licinio Refice. Al finalizar la misa se entonó el Te Deum.

El concierto inaugural tuvo lugar a las 4 de la tarde del mismo día, con numeroso público, ya de Bermeo, ya de los pueblos cercanos.

La primera parte corrió a cargo de D. Antonio Alberdi, compositor y constructor del órgano, interpretando en primer lugar, Coro de Peregrinos de Ricardo Wagner; su elección resultó muy acertada, ya que en su ejecución entra casi todo el registro y quedaba patente la riqueza de sonidos y armonía del nuevo órgano. A continuación Cantinela de A.Guilmant, Elevación de E.Batiste y para terminar Marcha Fúnebre de R.Goberne, todas ellas interpretadas magistralmente.

Tras una breve pausa, le sucedió en el teclado, D. José Antonio Erauzkin, que interpretó Pléce Heroique de C.Frank, Elevación de C.Saint-Saëns, Simple Aveu de F.Thomé, Cantábil de Salomé y para finalizar Final-Marche de Boëllman; demostró el dominio de los numerosos registros y se adueñó por completo de la técnica del instrumento; ya fuera de programa y para corresponder a los numerosos aplausos que le dedicaron, ofreció la popular obra vasca, Aitonaren Azele Zarrak, que resulto muy del gusto del público.

La tercera parte correspondió al inspirado y célebre musicólogo, autor de innumerables obras: Amaia, Mirentxu, El Caserío,...D. Jesús Guridi. Comenzó con una de las composiciones más clásicas para órgano, la Tocata y Fuga de J.S.Bach y continuó con Melodía de Rachmaninoff, Andantino de C.Frank, Sonata VI del Mendelssohn y Marcha Heroica de Saint-Saëns. No se esperaba menos de Guridi. Fuera de programa, en agradecimiento a la salva de aplausos, hizo un alarde de su saber interpretando varias antiquísimas composiciones vascas de carácter popular que fueron armonizadas por diferentes maestros (Guridi, Erauzkin,…): Maitasun Ona Zea, Aldapeko, S.Juan Anteportaletaña y Txeru, intercalando en esta última obra, que parece data de principios del s. XVI, filigranas caprichosas de sonidos de flauta y tambor.

Finalizado el concierto y siendo interpelado sobre las características del nuevo órgano, respondió, que su adquisición era una gran acierto pues la adaptación de sus registros, el conjunto de sus voces y la esmerada fabricación eran extraordinarios. Le llamaron la atención los nítidos sonidos de ocarina, los sumamente claros de flauta, oboe y undamaris y especialmente la maravillosa trompeta angélica del primer teclado. La trompetería tenía la doble ventaja de “estar con expresión”, de manera que el organista podía dominar su intensidad para con los flautados a capricho.

Apenas he nombrado al promotor y principal impulsor de la adquisición del órgano D. Bernardino Garaizar, muy querido en Bermeo, por su gran labor a favor de los más humildes y necesitados. Nació en Maruri el 20 de mayo de 1872, realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Vitoria, y celebró su Primera Misa el 20 de junio de 1897. Después de 17 años de apostolado por varios pueblos de Bizkaia, llegó como párroco a Bermeo el 1 de octubre de 1914 y en 1918 fue nombrado arcipreste. Tras 23 años de trabajo evangélico en esta localidad, fue destinado a la Parroquia de S. Francisco de Asís de Bilbao. También allí su gran preocupación fueron los carentes de recursos, los pobres. Parece que cofundó con D. Aureliano López Becerra “Desperdicios” lo que se llamó “el banco de los pobres”, sección que ocupaba una página entera de La Gaceta del Norte; mediante aportaciones anónimas se daba solución a muchos problemas que allí se presentaban. D. Bernardino falleció a la edad de 83 años, tras 18 años de apostolado en Bilbao y 58 de vida religiosa.

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